Por cada cuento vendido donaré los beneficios a Médicos del Mundo para ayudar a Ucrania.
Cada vez que pongo las noticias, escucho la radio o leo la prensa siento como se me abren las carnes, como me invade el miedo y siento las lágrimas brotar por dolor e impotencia. Las imágenes cada vez duelen más y son como misiles impactando directamente en mi corazón.
Y es que las guerras son así de crueles y malvadas. No importa donde caiga el misil siempre que cumpla con su objetivo: aniquilar.
Los bombardeos en hospitales y colegios me han dejado sin palabras. Y, como madre de una niña asmática que ha estado ingresada en varias ocasiones, no puedo evitar sentir la necesidad, no solo de hacer llegar todo tipo de ayuda, sino de intentar asegurar que lleguen los recursos médicos necesarios para todas las personas que los necesiten.
Como te he dicho antes, mi hija es asmática y necesita de sus tratamientos para poder estar bien. Y, como la de ella, hay más enfermedades crónicas que necesitan de sus tratamientos correspondientes.
Además de intentar enviar alimentos, enseres y ropa de abrigo, intenté hacer llegar medicamentos, pero la burocracia y las fronteras hace que este gesto solidario sea insuficiente.
Por eso, he buscado una ONG con acciones médicas activas en las fronteras con Ucrania para así poder hacer llegar este tipo de ayuda que tantas personas necesitan, desde tratamientos, hasta atención médica y psico-emocional.
La ONG con la que voy a colaborar es Médicos del Mundo y, para ello, además de hacer mi aportación personal, voy a llevar a cabo una acción promocional en la que donaré los beneficios de las venta de cuentos infantiles a esta ONG.
Por ello, te invito a hacerte con tu ejemplar dedicado y yo donaré los beneficios a esta ONG. Mis beneficios reales por cada libro son 2 euros y yo haré llegar esa cantidad íntegra a Médicos del Mundo porque creo que ellos los necesitan más que yo en ese momento.
¿Me ayudas a ayudar? Creo que no hay nada más bonito que regalar amor por la lectura, pero si al tiempo ayudamos a quien más lo necesita, acaso ¿se podría pedir más a la vida?